Friday, July 30, 2010

LAS JOYAS DE SISSI LA EMPERATRIZ








Detalle del famoso retrato de la Emperatriz Elisabeth "Sissi" de Austria (1837-1898), realizado en 1865 por Franz-Xavier Winterhalter, con sus estrellas prendidas en su hermosa cabellera.




Una de las joyas "Star Sissi", que la emperatriz de Austria solía llevar prendidas en su peinado, robada en 1998 y que fue devuelta al Tesoro Imperial de los Habsburgo-Lorena, del Palacio de La Hofburg (Viena), en agosto de 2008 por el Gobierno Canadiense. /





En agosto de 2008, la prensa escrita y televisiva austríaca anunciaban la recuperación de la "Star Sissi" de diamantes que antaño perteneció a la más famosa de las emperatrices del siglo XIX: Elisabeth zu Bayern, Kaiserin von Oesterreich (Elisabeth en Baviera, Emperatriz de Austria), consorte del kaiser Francisco-José I, penúltimo soberano del Imperio Austro-Húngaro, que vivió entre 1837 y 1898


Robada en 1998, en el curso de la exposición consagrada al centenario del asesinato de Elisabeth Amelia Eugenia von Wittelsbach, Duquesa en Baviera, más conocida bajo el apodo familiar de Sissi, la estrella ha sido finalmente restituida al Estado Austríaco por el gobierno de Canadá, dónde finalizó recientemente el juicio contra el ladrón de 35 años de edad.
Pese a que las estrellas de diamantes (que conforman una diadema si se desea o como broches por separado) fueron en su día puestas tras un cristal blindado, el ladrón canadiense consiguió dar el cambiazo reemplazando una de las joyas por una imitación. Un agente de seguridad se percató accidentalmente del subterfugio.
La estrella de Sissi no fue encontrada hasta un año después, gracias a las investigaciones llevadas a cabo en Canadá, a partir del robo cometido en un banco canadiense. De este modo, y por un casual, la policía descubrió el paradero de la "Star Sissi" en Winnipeg (en la provincia canadiense de Manitoba), en el domicilio de la abuela de uno de los sospechosos.






"Set" de diamantes y rubíes de Sissi, compuestos por una diadema, una gargantilla y un broche pectoral, cuyas gemas pertenecieron a la reina Maria-Antonieta de Francia y a su hija Maria-Teresa, Duquesa de Angulema.

La emperatriz Elisabeth de Austria poseía una hermosa y admirada cabellera que decoraba a menudo, para las grandes ocasiones, con diademas y joyas que han sido inmortalizadas en sus retratos, cual catálogo de alhajas imperiales de la época.




Retrato de Elisabeth, Emperatriz de Austria (1837-1898), según Georg Raab, 1875.

Un buen ejemplo es el retrato de Sissi con su diadema, gargantilla y broche de diamantes y rubíes, realizado por el artista Georg Raab en 1875. Y resulta curioso comprobar la trayectoria de dichas alhajas: habían pertenecido nada menos que a la reina Maria-Antonieta de Francia, que se los dejó en herencia a su hija mayor Madame Royale (la Princesa Maria-Teresa Carlota de Francia), posteriormente casada con el primogénito de su tío el conde de Artois (el rey Carlos X), Luis XIX de Francia, duque de Angulema y delfín de Francia, que reinó cinco minutos antes de abdicar. Al morir en el exilio, la duquesa de Angulema lo legó a sus parientes Habsburgo-Lorena. De ahí que pasaran a formar parte del joyero de la emperatriz Elisabeth de Austria.

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